Crisis política y vacancia Presidencial en Perú
Por: Francisco Javier Curay Tume
Instituto Líderes para el Desarrollo de Perú
Pareciera que los últimos acontecimientos de la política peruana fueran sacados del guion de House Of Cards. La actual crisis política que vive el Perú, nos demuestra (más allá de la vacancia del presidente Kuczynski) que hay una profunda crisis de moralidad por parte de los políticos peruanos y eso le quita institucionalidad y legalidad a nuestro precario sistema de partidos.
El caso Lava Jato en Perú, ha llevado a prisión efectiva a ex presidentes y funcionarios de alto nivel; además las investigaciones realizadas por el Ministerio Público tienen en la mira a la ex alcaldesa de la ciudad de Lima, ex ministros, ex gobernadores regionales, ex candidatos presidenciales y algunos funcionarios de rango medio por presuntamente haber recibido coimas de las constructoras brasileras y otorgar la Buena Pro en las licitaciones de obras públicas.
Este panorama político de por si tan complejo, se agrava si es que se suma a la impopularidad de los políticos por el caso Lava Jato los constantes conflictos entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo (de Mayoría fujimorista). En casi año y medio (de un periodo de 5 años). El congreso ha censurado 3 ministros y ha quitado la confianza a un gabinete, por otro lado ha presentado denuncias constitucionales contra 4 miembros del Tribunal Constitucional y otra más contra el Fiscal de la Nación (ambas instituciones han venido actuando de manera imparcial y acorde a la constitución). Estas denuncias se fundamentan más en aspectos políticos que jurídicos, con una clara intención de romper el orden constitucional, la institucionalidad y vulnerar el principio de independencia de poderes.
El proceso de vacancia (Impeachment) en el cual se vé envuelto el Presidente Kuczynski si tiene fundamento y está amparado por el artículo 113º de la Constitución (vacancia que ha logrado unir al Fujimorismo, Aprismo y un sector de la izquierda Peruana). Hasta el momento el presidente no ha podido aclarar de manera convincente como es que siendo ministro durante el gobierno del ex Presidente (prófugo) Toledo, su empresa personal (Westfield) y la empresa donde su esposa es accionista (First Capital) que se dedican a realizar consultorías financieras a empresas, diera asesoramiento a Odebrecht para que ganara las licitaciones de obras públicas. Estos actos irregulares ya están tipificados como delitos en el código penal peruano, pero más allá de la responsabilidad penal, existe una responsabilidad política que el presidente debe asumir y que está contemplada en el artículo 126 de la constitución el cual textualmente indica lo siguiente en su párrafo final: Los ministros no pueden ser gestores de intereses propios o de terceros ni ejercer actividad lucrativa, ni intervenir en la dirección o gestión de empresas ni asociaciones privadas.
Si bien se ha determinado la falta y es válido que se iniciara el proceso de vacancia, sorprende como es que el congreso de manera muy rápida quiera la salida del Presidente de la República. Aquí nadie cuestiona si la vacancia está contemplada en la legislación como procedimiento, todos los cuestionamientos vienen más por el lado de primero la calidad moral de cómo algunos los partidos que quieren votar a favor de la vacancia en el congreso tienen alguna vinculación con Odebrecht o con las empresas brasileras o dicen votar a favor para acabar con la corrupción cuando tienen serias denuncias de corrupción y lo segundo es como el Congreso de mayoría fujimorista queriendo desconocer el debido proceso y los plazos, insistan en vacar de manera rápida al Presidente.
De aprobarse la vacancia, los escenarios son diversos y eso preocupa más a la población, porque no sabe si los vicepresidentes renuncian (escenario donde se convoca a elecciones generales) o si es que algunos de los vicepresidentes pueda completar lo que quede del mandato (3 años y medio). Lo único que queda claro es que el escenario nos indica que se vienen tiempos difíciles para el país.
Faltando horas para la presentación de la defensa de Kuczynski ante el pleno del Congreso, queda esperar en los integrantes de los grupos políticos un momento de reflexión. Algunos podrían repensar su voto y no apoyar la vacancia. Otros negocian alguna salida menos radical para esta crisis. Lo que si queda claro es que más líderes políticos podrían caer por estar vinculados con Odebrecht (Ya comienzan a salir investigaciones periodísticas de Keiko Fujimori y Alan García). Además se avizora movilizaciones ciudadanas de un gran sector del país decepcionado de los políticos que siguen cayendo por actos de corrupción.
La solución entonces de la crisis política peruana no pasa solo por mandar a la cárcel a los corruptos, ni por vacar al presidente. La solución más sincera es un recambio generacional que haga nacero de oportunidad a nuevos políticos (de preferencia jóvenes) y con valores, que recuperen la confianza de los electores quizás con miras al panorama electoral del 2021.