Las corrientes políticas durante los últimos dos siglos se han ido transformando de forma constante. Es de esta forma que los términos se han vuelto confusos incluso para personas que se dedican a la política El mote de fascista por ejemplo es común que se use para denostar a un rival político a veces sin importar si este viene de la izquierda o de la derecha. A veces incluso personas y grupos claramente centristas reciben esa descalificacion. Y mas aun, hay quienes abrazan el termino y lo usan como algo digno de orgullo. Dos términos mas generales y aun así muy dados a confusión son los de conservador y liberal. Para quienes siguen el desenvolvimiento político de Estados Unidos, esto los hace pensar en el Partido Republicano en cuanto al primer termino y al Partido Demócrata para el segundo. En Republica Dominicana también el termino liberal ha sido usado en los últimos tiempos para referirse a ideas mas cercanas a la social-democracia europea que abogan por un estado interventor, altos impuestos, controles sobre el derecho de propiedad y fuertes poderes para el ejecutivo.
Pero en el siglo XIX, siglo de nuestra independencia y en el que se crió Duarte, el liberalismo era todo lo contrario. En aquella época posteriormente bautizada y conocida en nuestros tiempos como la del liberalismo clásico, ser liberal se refería a seguir las ideas elaboradas por John Smith y profundizadas por pensadores como John Locke y David Ricardo entre otros. Dicha doctrina, que adopto mayor fuerza con la llegada de Thomas Jefferson al poder luego de la intensa elección presidencial de 1800 y su histórica pugna ideológica mas no personal con Alexander Hamilton así como con el triunfo de la Revolución Francesa, abogaba por un gobierno limitado, libre competencia, amplios derechos de propiedad y apertura comercial. La lucha con el conservadurismo de aquel entonces se centraba en esto puesto que los conservadores en gran parte del mundo representaban a los mas poderosos terratenientes que dependían del proteccionismo estatal.
No es sino hasta el triunfo de Margaret Thatcher en 1979 y Ronald Reagan en 1980 que los conservadores en gran parte adoptan las ideas de la libertad económica que el liberalismo ya había un siglo atrás. A principios de los 90, muchos social-demócratas igual comienzan a adoptar estas ideas. Tal fue el caso de Carlos Salinas de Gortari en México. Es en esta época que toma fuerza el termino mayormente usado para descalificar «neo-liberal» que era mas bien usado contra los social-demócratas convertidos a liberales coyunturalmente por las profundas crisis económicas en sus países.
Duarte en sus viajes al exterior fue expuesto a estas ideas y el Duarte liberal era un Duarte liberal clásico. Eso esta presente en su proyecto de Carta Magna donde consagra el Derecho de Propiedad, antítesis del socialismo y coloca al Poder Municipal entre los principales del Estado. Igual Duarte abogo por una constante rendición de cuentas del gobierno, entendiendo que este es empleado de los ciudadanos.
Las ideas liberales del Cristo de nuestra Libertad eran contemporáneas a la época que se vivía en la mayor parte del mundo occidental de entonces pero es obvio que eran muy avanzadas para la América Latina y República Dominicana de ese tiempo. Quienes formaron gobierno post-independencia en nuestros países ejercían un poder casi absoluto. Muy poco diferente al de la Corona española o el despótico régimen de Boyer primero y Herard después. Duarte tenia un plan libertario que iba mucho mas allá de romper ataduras a otra potencia extranjera. Este implicaba el romper todo tipo de ataduras a la satrapia viniera de donde viniera.
Al honrar a Juan Pablo Duarte, debemos ir mucho mas lejos de cantar canciones y leer poemas. El mayor tributo es luchar por esos ideales que el dio su vida. Exigirle al Estado que rinda cuentas ante los ciudadanos, descentralizar la administración, garantizar la libertad de competencia y la igualdad de oportunidades. Podemos hacer de la Republica Dominicana hoy, la que Duarte soño en 1844.