Oscar Ortiz, aliado del CAPP, fue el orador invitado del Almuerzo Mensual de la Cámara Americana de Comercio, cuyo presidente llamó la atención sobre la necesidad de mejorar la competitividad comercial, garantizar las inversiones y propiedad privada y contar con una verdadera justicia en la República Dominicana
(Santo Domingo, 29 de abril de 2015). El senador boliviano Oscar Ortiz afirmó que, aunque no todos los países tienen la misma realidad ni sus poblaciones las mismas características, por lo general hay un «descrédito de la política agravado por la falta de reacción de los partidos tradicionales frente a la nueva realidad social en la cual las tecnologías de la información multiplican la velocidad, con lo cual las noticias se transmiten y el escrutinio público se vuelve mucha más exigente».
Ortiz habló del tema en calidad de orador invitado en el Almuerzo Mensual de la Cámara Americana de Comercio de la Republica Dominicana (AMCHAMDR). Su discurso estuvo centrado en el populismo autoritario y, tomando como ejemplo su país, Bolivia, habló del efecto de dicho sistema en la democracia y la economía de los países. «Debemos estar alertas, pues en todas las sociedades, incluso en algunas más desarrolladas, el populismo puede ser muy atractivo frente a la combinación de dificultades económicas y crisis política«.
El senador describió el populismo autoritario como el sistema de gobierno y de control de la sociedad que ejercen los gobiernos que siguen el llamado socialismo del siglo XXI. «El populismo no es nuevo, especialmente en Latinoamérica, donde aparece reiterada y frecuentemente en la historia de muchos de nuestros países. Sin embargo, hoy es más sofisticado al aprovechar los ingresos extraordinarios del llamado súper ciclo económico de la última década para distribuir beneficios en efectivo a los sectores más pobres de la sociedad y así ganar su apoyo militante».
Al profundizar en su descripción, el senador boliviano dijo que el populismo de hoy es «autoritario de una forma más sofisticada. Llega al poder mediante el voto. Una vez en él cambia las Constituciones y se asegura el control de la institucionalidad democrática para asegurarse la legalidad de todos sus actos, con el aval por ejemplo de Tribunales Supremos de Justicia o de Tribunales Constitucionales. La persecución a quienes piensan distinto es selectiva y eminentemente judicial, con un alto efecto demostrativo.
También afirmó que en estos sistemas, las condiciones de competencia electoral son muy limitadas porque se permite una cierta participación, «con unas desigualdades casi insuperables por la utilización de recursos públicos y un control mayoritario de los medios de comunicación, aunque, cuando perciben amenazas serias al poder nacional, normalmente tratan de inhabilitar al líder opositor».
De acuerdo al senador boliviano, uno de los problemas de fondo de estos regímenes es que tienen a la alternancia como opción, «pues han cometido tantos abusos que la permanencia en el poder se vuelve una necesidad para la supervivencia y protección de sus principales representantes».