Si repasamos una buena parte de las publicaciones internacionales durante la década pasada, nos encontraremos con un consenso sobre la solidez económica de Brasil y lo que se vaticinaba era su trayecto seguro hacia el mundo desarrollado, dejando atrás los mercados emergentes. Las reformas aplicadas desde mediados de los ’90, fomentaron una base de crecimiento que tuvo como resultado la entrada de millones de brasileños a la clase media. Observadores de distintos lados del espectro político aplaudieron estos avances y más de uno buscó replicar lo que se conoció como “el modelo Lula” en sus respectivos países, refiriéndose al ex Presidente (2003-2011) Luiz Inacio Lula da Silva, bajo cuyo mandato se evidenciaron las mayores mejoras en la calidad de vida. Frecuentemente, desde las páginas de The Wall Street Journal o The Economist, llamaban a la izquierda latinoamericana a ser más como el líder del Partido de los Trabajadores, es decir, una “izquierda buena”, algo que muchos de estos escucharon y dio gran demanda a los asesores y estrategas políticos del mandatario más allá de las fronteras brasileñas. En efecto, Lula se volvió un ícono de cómo hacer política y como gobernar un país que llegó a darle cerca de un 90% de aprobación.
Ya en el 2017, al revisar muchas de las mismas publicaciones internacionales, lo que vemos de Brasil es una historia mucho menos positiva. El escándalo de Lava Jato ha golpeado muy fuertemente su imagen y las revelaciones de como el esquema corrupto se expandió por toda la región han colocado al país como una Meca del dolo. Es en ese contexto que el miércoles 13 de Julio, el mítico Lula es condenado en primera instancia por el Juez Sergio Moro a 9 años y 6 meses de prisión. Ello, después de que en 2016 fuese destituida su sucesora, la Presidente Dilma Rousseff y el país se encuentre polarizado, en medio de una crisis económica junto con la política que ha hecho del actual Presidente Michel Temer, electo como Vicepresidente de Dilma, el más impopular de todos los mandatarios en la era democrática.
Desde el Centro de Análisis para Políticas Públicas (CAPP), conversamos con Bruno Kazuhiro, Presidente de las Juventudes Demócratas de Brasil, quien nos respondió algunas preguntas sobre el tema desde Rio de Janeiro. JD es el brazo juvenil de Demócratas, uno de los partidos políticos mayoritarios de Brasil e integrante de la actual coalición gobernante. Anteriormente formó parte de los gobiernos del Presidente Fernando Henrique Cardozo y fue de los principales de la oposición mientras gobernó el PT.
CAPP: La primera pregunta obligatoria es la de ¿Cómo recibe la clase política esta sentencia contra el Presidente Lula da Silva?
Bruno Kazuhiro: La verdad es que muchas personas desde mi sector político e incluso mi propio partido, han recibido esta noticia con alegría y confirmación de que lo que durante años apuntaron como afirmaciones de que Lula instigaba prácticas corruptas, era cierto.
Ahora bien, yo como Presidente de Juventudes Demócratas y en responsabilidad política, no puedo celebrar que un ex Presidente de todos los brasileños sea condenado por corrupción. Esto es algo que golpea a la política y a la nación, por lo que representa un golpe a la confianza a los políticos en general. Ahora bien, desde el punto de vista institucional, si creo que es un mensaje positivo de que en el país, existe una justicia independiente y que el manto de impunidad que arropaba no solo a los políticos poderosos sino también a las élites empresariales, ya no existe. No podemos dejar de lado que empresas muy grandes de Brasil tienen hoy a sus principales ejecutivos presos así que no se trata solo de un tema político sino de un combate frontal contra la corrupción, la cual incluye a diversos sectores.
CAPP: Tomando en cuenta que si bien el PT viene de la izquierda, este no fue durante sus gobiernos un representante anti sistema sino más bien moderado, ¿Existe la posibilidad de que esta crisis habrá las puertas a un anti sistema ya fuese desde la extrema izquierda o la extrema derecha?
Bruno Kazuhiro: Esa es una fuerte posibilidad aunque yo no quisiera que pase. La crisis, ha dañado mucho la percepción de la gente sobre los partidos del eje centrista y eso siempre hace que el terreno sea fértil para el extremismo, para un discurso anti institucional y anti sistema. Actualmente, hay un candidato, de nombre Jair Bolsonaro, un Diputado que aspira a la Presidencia del país como representante de la extrema derecha quien ha logrado apoyo considerable en las encuestas pre-electorales. Él tiene posiciones que van desde la reivindicación de la dictadura militar brasileña hasta propuestas de corte ultra centralista. Tiene algunas ideas que son razonables, pero muchas que son preocupantes. Ya en la extrema izquierda, en el caso de que Lula da Silva no pudiese ser candidato, siendo condenado en segunda instancia lo cual bajo la ley brasileña le impide presentarse, eso pudiese llevar a que un sector de la población buscase alternativas más extremistas, diferentes a la relativa moderación que como dices, fueron los gobiernos del PT. Esto es muy posible al ver que en la actualidad, él es líder en las encuestas. Ahora bien, yo no soy de los que cree que la mala política se resuelve con anti política, todo lo contrario, la única cura a la mala política, es la buena política. Esa es la misión que tenemos por delante quienes hacemos vida pública desde los sectores centristas e institucionales.
CAPP: En caso de que el PT definitivamente no pueda presentar a Lula como su candidato Presidencial, ¿Quién podría ser su ficha para los comicios?
Bruno Kazuhiro: En la actualidad se barajan tres opciones desde el Partido de los Trabajadores. Por un lado, está Fernando Haddad, ex Alcalde de Sao Paulo que había venido siendo ponderado durante un buen tiempo.
Sin embargo, Haddad perdió en su intento de reelegirse el año pasado lo cual lo deja en una posición de debilidad en caso de postularse.
Por otro lado está Ciro Gomes, ex Gobernador del Estado de Ceara, ex Ministro de Hacienda en el gobierno de Itamar Franco y Ministro de Integración Nacional de Lula. Gomes no es miembro del PT sino del Partido Democrático Laborista, un aliado. Dado que ambos están desligados del escándalo Lava Jato, tienen posibilidad de encabezar la boleta si Lula no llegase a hacerlo. La tercera opción es que Haddad sea candidato Presidencial y Ciro su compañero de boleta.
CAPP: Actualmente, Demócratas forma parte de la coalición gobernante junto a partidos como el PMDB del Presidente Michel Temer y el PSDB ¿Existe la posibilidad de que el bloque gobernante presente candidato Presidencial único en 2018 o que del oficialismo salga más de una candidatura?
Bruno Kazuhiro: Efectivamente, somos los tres partidos de mayor importancia en el bloque oficialista y ante la contienda que se avecina, lo más conveniente sería que dentro del gobierno nos pusiéramos de acuerdo para un candidato en común que tenga mayores posibilidades de ganar la Presidencia. Sobre esto, ya se habían estado teniendo conversaciones importantes pero que ante el posible juicio político al Presidente Temer y no tener claro si el llegará como Presidente a 2018, se han puesto en pausa.
CAPP: ¿Cuál es el panorama del juicio político a Temer en la actualidad?
Bruno Kazuhiro: Es muy complejo y cualquier cosa puede pasar. Incluso, algo que no muchos observadores toman en cuenta, es que si no pasa este juicio en la Cámara de Diputados, eso no impide que el Ministerio Público presente más y más acusaciones contra Temer, haciendo de este un gobierno altamente inestable. Y creo que eso es lo que se espera, que se sobreviva a este caso específico, pero tener claro que le tocará seguir luchando con constantes acusaciones durante el año y medio de gobierno que le resta, mientras busca la aprobación de sus reformas económicas y laborales para revivir al país.
En el caso de prosperar, mi partido actualmente ocupa la Presidencia de la Cámara de Diputados a través de Rodrigo Maia quien según la línea de sucesión constitucional, si es destituido el Presidente Temer, al no haber Vicepresidente, asume como Presidente en Funciones durante 30 días hasta que se convoquen elecciones indirectas en el Parlamento para el resto del periodo. En esas elecciones indirectas, el Presidente en Funciones puede presentarse por lo que pudiera quedar Rodrigo como Jefe del Ejecutivo, como desde luego también pudiera pasar con otro candidato proveniente del PSDB u otro sector político.
CAPP: ¿Qué mensaje puedes darle a la juventud brasileña como Presidente de JD ante todo esto?
Bruno Kazuhiro: A la juventud brasileña, les digo que entiendo su decepción, entiendo su frustración, pero dentro de todo esto, existe un mundo de oportunidades. Como dije al inicio, estamos mostrando que la era de la impunidad se acaba y que ya no importa quién eres o cuanto poder ostentas, si robas, tendrás que responder ante la justicia. Estamos en una situación muy difícil, pero cuando se analice la historia, quedará claro que hay un Brasil pre Lava Jato y otro post Lava Jato. Nosotros tenemos la oportunidad de trabajar para que el país que viene después de todo esto, sea uno mucho mejor, más institucional más democrático y que todo esto sea solo un recuerdo.